martes, 5 de diciembre de 2023

Importancia de visitar a los ancianos con deterioro cognitivo

Podrías creer que un anciano (familiar o amigo) con deterioro cognitivo no se da cuenta de su entorno o de quiénes están presentes en su vida cotidiana.  Pudieras pensar que ya no te recuerda y por ende no importa si lo visitas o no. Puede que no recuerde tu nombre o incluso que te vea y no te reconozca, pero la conexión emocional que tiene contigo es algo que nunca se pierde.  
El deterioro cognitivo puede ser causado por diversas enfermedades, como el Alzheimer, el Parkinson, el ictus o la demencia vascular. El deterioro cognitivo puede afectar la memoria, el lenguaje, el razonamiento y otras funciones mentales, lo que dificulta la comunicación y la realización de las actividades diarias. Además, el aislamiento social y la soledad pueden empeorar su estado de ánimo y su salud. 
Por ello, los ancianos con deterioro cognitivo son una población vulnerable que necesita la atención y el apoyo de sus familiares y amigos. 

Las visitas constituyen una manera de expresar afecto, apoyo y respeto a los ancianos que sufren esta condición. Son una forma de demostrarles que son personas valiosas, queridas y respetadas, que merecen nuestra atención, cuidado y cariño. Cuando los visitamos contribuimos a mejorar su bienestar, el nuestro, y adicionalmente ayudamos a construir una sociedad más solidaria, inclusiva y humana.

Las visitas pueden tener beneficios tanto para los visitantes como para los visitados, ya que favorecen el vínculo afectivo, la comunicación, la estimulación y la calidad de vida. 

Algunos de estos beneficios para los ancianos a quienes visitamos son:

  • Estimulación de su mente y su memoria. Al conversar con los visitantes, los ancianos pueden recordar hechos del pasado, expresar sus opiniones y sentimientos, y aprender cosas nuevas. Esto ayuda a mantener la actividad cerebral y a prevenir el deterioro cognitivo o a retrasar su avance.  
  • Fortalecimiento del vínculo afectivo. Las visitas demuestran el interés y el cariño de los familiares y amigos, lo que refuerza el sentido de pertenencia y seguridad de los ancianos. Además, al recibir abrazos, besos y gestos de afecto, se liberan hormonas como la oxitocina, que favorecen el bienestar emocional y físico.
  • Mejoramiento del estado de ánimo y la autoestima. Las visitas pueden alegrar el día a los ancianos, al ofrecerles compañía, diversión y entretenimiento. Así, se evita que se sientan solos, tristes o deprimidos. También se puede aprovechar para elogiar sus logros, reconocer sus capacidades y valorar sus aportes, lo que aumenta su confianza y autoestima.   
  • Prevención o reducción de problemas de salud. Las visitas pueden contribuir a prevenir o reducir problemas de salud asociados al deterioro cognitivo, como la hipertensión, las enfermedades cardiovasculares, las infecciones o las caídas. Esto se debe a que las visitas favorecen la relajación, el ejercicio físico, la higiene personal y el seguimiento médico.

Para los visitantes, las visitas pueden ser una oportunidad de compartir recuerdos, experiencias, sentimientos y valores con los ancianos, así como de aprender de su sabiduría y perspectiva. También pueden ser una forma de aliviar la culpa, la ansiedad o la tristeza que pueden sentir por la situación de los ancianos, y de fortalecer su autoestima y su sentido de responsabilidad.

Para que las visitas sean efectivas y satisfactorias, es importante tener en cuenta algunos aspectos, como:

  • La frecuencia y la duración de las visitas, que deben adaptarse a las necesidades y preferencias de los ancianos y de los visitantes, sin ser ni demasiado escasas ni demasiado largas. Se recomienda establecer una rutina de visitas, que genere expectativas positivas y hábitos saludables.
  • El momento y el lugar de las visitas, que deben ser adecuados para el estado de ánimo, la salud y la comodidad de los ancianos y de los visitantes. Se aconseja evitar las horas de mayor cansancio, las situaciones de ruido o de aglomeración, y los espacios que puedan provocar confusión o desorientación.
  • El contenido y el tono de las visitas, deben ser respetuosos, afectuosos y empáticos con los ancianos y con los visitantes. Se sugiere utilizar un lenguaje claro, sencillo y positivo, evitar los temas conflictivos o dolorosos, y fomentar la participación y la expresión de los ancianos.

Por eso, las visitas regulares de los seres queridos son fundamentales para mejorar la calidad de vida de los ancianos con deterioro cognitivo. Las visitas son una forma de cuidado integral que beneficia tanto a su salud mental como física. Por eso, es importante que los familiares y amigos se organicen para visitarlos con frecuencia y calidad, adaptándose a sus necesidades y preferencias. Así, se podrá mejorar su bienestar y su felicidad.

 

lunes, 13 de noviembre de 2023

Cómo compartir el cuidado de los padres entre los hermanos


El deterioro cognitivo en adultos mayores es una condición que afecta la capacidad de pensar, razonar y recordar. Puede ser causado por una variedad de factores, como la enfermedad de Alzheimer, la demencia vascular, o el Parkinson.

Cuidar de los padres a medida que se van perdiendo facultades cognitivas y se van haciendo cada vez más dependientes, puede ser una tarea difícil y estresante, a lo que se añade la experiencia de compartir la responsabilidad con los hermanos.  Pueden surgir desacuerdos sobre cómo brindar el mejor cuidado, y es importante que los hermanos trabajen juntos para crear un plan que funcione para todos.

El cuidado de los padres mayores con deterioro cognitivo es una responsabilidad que con frecuencia recae sobre uno o pocos de los hijos, lo que puede generar desequilibrios y conflictos familiares. Pueden producirse conflictos, malentendidos o aflorar viejos resentimientos que se activan por el reparto de las tareas, los gastos o las decisiones sobre el cuidado de los padres. 

No obstante, la colaboración entre hermanos también puede ser una forma de aliviar la carga, mejorar la calidad de vida de los padres y fortalecer los vínculos fraternales.

Es importante tener en mente que la familia constituye la red de apoyo social más importante para los adultos mayores, por lo que es imprescindible para el anciano sentirse querido por sus familiares.

¿Cómo lograr una buena colaboración entre hermanos?

La colaboración entre hermanos en el cuidado de los padres mayores no siempre es fácil ni espontánea. A veces puede haber desacuerdos, resentimientos, rivalidades o distancias que dificultan el trabajo en equipo. Es importante, tener en mente que cada situación es única y que éstas son sugerencias generales que pueden servirte de punto de partida para encontrar lo que funcione para ti. Comparto contigo algunas sugerencias sobre cómo puedes manejar la situación:

  • Escuchar y comunicarse entre ustedes:
     
    El primer paso es comenzar una conversación con tus hermanos sobre cómo cada uno quisiera cuidar a sus padres. Esto les dará la oportunidad de compartir sus pensamientos y sentimientos, y de ser posible llegar a un acuerdo sobre un posible plan. Es necesario ser honestos y abiertos durante esta conversación y tener en cuenta que éste es un proceso dinámico que va a requerir ajustes o cambios de dirección a medida que vaya avanzando la enfermedad. Es posible que no estén de acuerdo en todo, pero es importante que puedan llegar a un compromiso que funcione para todos.  
  • Respetar los deseos de sus padres: Es importante respetar los deseos de sus padres sobre su cuidado. Si sus padres quieren vivir en casa, hagan todo lo posible para que eso suceda. Si sus padres quieren vivir en un centro de atención, apoyen su decisión. Es necesario tener en cuenta que los deseos de los padres pueden cambiar con el tiempo, y estar preparados para hacer ajustes en el plan de cuidado según sea necesario. A medida que sus padres van perdiendo facultades cognitivas es probable que no puedan expresar sus opiniones o necesidades.  A medida que vas cuidando a tus padres, tienes la oportunidad de ir profundizando tu relación con ellos e ir desarrollando una conexión cada vez más profunda que te permitirá con el tiempo, poder comunicarte con ellos desde el corazón y “saber” qué es lo que desean en momento determinado sobre algún aspecto del funcionamiento cotidiano. Cuidar es mucho más que bañar y dar de comer.
  • Compartir las responsabilidades:  Es importante compartir las responsabilidades de cuidar a sus padres. Esto ayudará a aliviar la carga para cada hermano y evitará que alguno se sienta sobrecargado.  Los hermanos pueden dividir las tareas según sus habilidades y preferencias. Por ejemplo, un hermano puede encargarse de las tareas domésticas, otro puede hacerse cargo de comprar y organizar los medicamentos y otro hermano puede hacerse cargo de la atención y alimentación.  Estos son sólo algunas sugerencias sobre cómo compartir las responsabilidades. 
  • Compartir los gastos:
     El cuidado de los padres puede suponer un gasto económico importante, que puede generar tensiones entre los hermanos. Para evitar esto, es conveniente que hablen sobre el presupuesto disponible, los gastos previstos y la forma de repartirlos, siempre con la conciencia de que a medida que avance el proceso de la enfermedad, las necesidades pueden cambiar y requerir gastos adicionales, por lo que será imprescindible hacer los ajustes que se requieran.
  • Tomarse tiempo para sí mismos: Cuidar a un padre con deterioro cognitivo puede ser agotador. Es importante tomarse tiempo para sí mismos para relajarse y recargar energías. Esto puede incluir pasar tiempo con amigos y familiares, hacer ejercicio o practicar sus pasatiempos favoritos. Es importante encontrar formas de cuidarse a sí mismos para que puedan estar disponibles para sus padres a lo largo del tiempo.
  • Buscar apoyo: Hay muchos recursos disponibles para los hermanos que están cuidando a sus padres con deterioro cognitivo. Pueden encontrar ayuda en grupos de apoyo, en línea o a través de organizaciones de servicios especializados en procesos de deterior cognitivo. Asimismo, pueden solicitar el apoyo de una psicoterapeuta que los acompañe en su proceso familiar.Estos son algunos recursos que los pueden ayudar a comunicarse entre sí, a desarrollar un plan de cuidado y a manejar los desafíos emocionales que pueden surgir. El apoyo de otros puede ser invaluable. Puede ser una fuente de consuelo, información y aliento.
  • Contratar a un cuidador profesional:
     
    Un cuidador profesional puede ayudar con las tareas diarias, como la preparación de comidas, la limpieza y el transporte. Esto puede liberar tiempo a los hermanos para que puedan pasarlo con sus padres.
  • Reconocer y Agradecer: Reconocer y valorar el esfuerzo y la contribución de cada hermano, agradeciendo su ayuda, apoyando sus decisiones y reconociendo sus dificultades.  Este es un tema del cual no suele hablarse y que en ocasiones olvidamos, pero la diferencia en la relación será del cielo a la tierra si se toman el tiempo de agradecer a sus hermanos su contribución y también estar abiertos a recibir los agradecimientos que te den a ti.

Beneficios de la colaboración entre hermanos

La colaboración entre hermanos en el cuidado de los padres mayores tiene beneficios tanto para los cuidadores como para los cuidados. Algunos de ellos son:

  • Reducción del estrés y la sobrecarga del cuidador principal, que puede afectar su salud física y mental, su vida laboral y personal, y su relación con los padres y los demás hermanos.
  • Distribución equitativa de las tareas y los recursos, lo que evita que alguno de los hijos se sienta explotado o marginado, y fomenta la solidaridad y la justicia familiar.
  • Mejoramiento de la atención y el bienestar de los padres, al contar con más apoyo, afecto y variedad en las actividades y las interacciones.
  • Enriquecimiento de la convivencia y la comunicación entre los hermanos, al compartir experiencias, emociones, opiniones y soluciones, y al resolver posibles diferencias o conflictos de forma constructiva.
  • Preservación de la identidad y el rol de los hijos, al no asumir exclusivamente el papel de cuidadores, sino también el de hermanos, padres, parejas, profesionales, y otros.

Cuidar a los padres con deterioro cognitivo puede ser una experiencia desafiante, y también puede ser una oportunidad para fortalecer los lazos familiares.  La colaboración entre hermanos en el cuidado de los padres mayores es una oportunidad para mejorar la calidad de vida de toda la familia. No se trata sólo de repartir obligaciones, sino también de compartir afectos. Al cuidar a nuestros padres con amor y respeto, también estamos cuidando a nuestros hermanos y a nosotros mismos.

lunes, 13 de mayo de 2019

Instante


Desde el pensamiento lo sé. Llegará el día en que mi mamá no sepa quién soy. 

Reconocerá la emoción y sentirá el amor, mas no sabrá mi nombre y no sabrá que soy su hija. 

El miedo que siento al pensarlo es tal, que pronto cambio la imagen y pienso en otra cosa.


Ayer, despertándose de un camaroncito (una siesta corta), abrió los ojos y con una de las más bellas expresiones amorosas, me dijo: ¡Viniste a conocernos! e inmediatamente me preguntó: ¿Cuál es tu nombre? ...

De sus ojos sólo brotaba alegría y un amor inmenso. 
Y ese amor fue lo que me dio el valor de continuar su conversación y decirle: Yo me llamo Leonor. ¿Cómo te llamas tú? Me dijo: Ilse. Le pregunté: ¿Te gusta tu nombre? Mucho. ¿Te gusta el mío? Me encanta...
El amor me ayuda superarlo todo, hasta el mayor de mis miedos: el olvido.


miércoles, 8 de mayo de 2019

Cuidar con Amor

El amor no es darle al otro lo que nos sobra. El tiempo que nos sobra, el dinero que nos sobra , la comida que nos sobra, la ropa que nos sobra...
El amor tampoco es dar sin límite hasta el sacrificio, ni complacer al otro, dejándome de lado.
En realidad, éstas son trampas en la que podemos caer con frecuencia, cuando estamos al cuidado de un familiar mayor dependiente.
El amor, si bien implica una renuncia, ya que estamos eligiendo estar con esa persona, en ese momento y no con otra que también nos agrade y llene nuestro corazón, no puede estar fundamentado únicamente en el sacrificio porque llega un momento que se puede convertir en resentimiento.
El amor es un sí sí: sí decido cuidarte porque sí quiero cuidarte y estar contigo. Cuando el "amor" es un sí-no, es decir que decido estar contigo y cuidarte pero en realidad no es lo que deseo, sino que lo hago por cumplir, por no sentirme culpable, porque es lo correcto, tarde o temprano el malestar por la acumulación de todos esos No, hará que mi malestar salga incontrolado en forma de maltrato a quien cuido, en forma de rabia o malas contestas, en forma de malestar emocional y hasta físico... hasta llegar al rechazo y no querer atender más a nuestro ser querido... Y en realidad ésto nada tiene que ver con nuestro ser querido sino con nuestra dificultad para distinguir entre el sí sí y el sí-no y actuar desde el sí-no.
Amar tampoco, necesariamente, implica siempre hacer cosas. La sola presencia, en silencio, en calma, en paz, acompañando de manera consciente, es un acto de amor.
El amor no es obligatorio. El amor no es un deber. Cuidar a tu familiar mayor porque es tu deber, porque eso es lo que está establecido y es lo que aprendiste en tu familia no es amor, en todo caso es una tarea.
El amor es un acto voluntario, producto de un sentir y una disposición interna, el amor es una decisión, acompañada por una acción y produce bienestar y alegría.
El amor es un dar consciente. No es dar por dar o dar lo que tú quieres, y no lo que la otra persona quiere o necesita. El amor es un regalo, pensado de acuerdo a lo que a la otra persona le gusta o quiere y no pensado en base a lo que a mí me gusta o quiero dar.

Es una cuerda floja esto del amor, entre otras cosas porque para poder amar al otro, porque sí, primero tengo que amarme a mí, atenderme a mí, complacerme a mí, dedicarme tiempo a mí, cuidar mi salud, para entonces estar en la disposición física, emocional y espiritual para amar al otro.
Cuidar a nuestro familiar mayor dependiente con amor, es la mejor medicina, que nos transforma a los dos.

miércoles, 20 de febrero de 2019

Ser Cuidador Familiar en Venezuela

De nuevo sin cuidadora para mi mamá.  La que tenía duró un poquito más de un mes.  Desde un comienzo pude darme cuenta que no tenía interés, pero lo difícil de la situación me obligó a dejarla a pesar ello.  Un mes en el que faltó la mitad del tiempo. 


Ser cuidadora familiar en Venezuela es una misión titánica. 

Sumado a la enfermedad, la situación país agrava todo a la enésima potencia, por la hiperinflación, la escasez de medicamentos, alimentos, agua (imagínense atender a una persona con incontinencia cuando no hay agua), pañales, centros de cama, toallas para la incontinencia, falta de transporte, escasez de gasolina y pare usted de contar.   

Siempre rogando a Dios que no se enferme, porque buscar medicamentos, llevarla al médico o a una clínica es una verdadera tragedia, no sólo económica, sino emocional, mental y física para ambas partes, ya que las clínicas también sufren por la situación.

Y a todo esto se suma el deterioro de los valores y sus implicaciones, tanto en la dificultad para conseguir una persona de confianza, que no “desaparezca” las cosas y quiera de corazón y con compromiso desempeñarse como cuidadora, como en el abandono de muchos familiares (y no es necesariamente que se hayan ido del país) que dejan a su suerte a sus adultos mayores.

No hay manera que alguien que no esté viviendo esta experiencia, pueda siquiera imaginarse la magnitud de la dificultad que esta situación produce mí como cuidadora familiar.  

El agotamiento está a la orden del día, el cambio de planes diariamente, la disminución de las horas en las que puedo trabajar, ya sea porque me toca atender a mi mamá más de lo previsto o porque ando buscando remedios, comida, centros de cama, toallas para incontinencia, agua (para cuando no hay agua en el ancianato). 

Ir a terapia es un “must”, ya que de lo contrario no sobreviviría a este ritmo de exigencia.

El dolor en mi hombro derecho se mantiene.  Tal como me dijo la traumatóloga hace unos meses: Con fisioterapia vas a mejorar, pero mientras se mantenga la situación de cuido, no va a desaparecer.  Así que he asumido ese dolor, que mejora por momentos y otros se vuelve insoportable, como parte de mi realidad actual.

En estos días, buscando qué hacer para divertirme con mi mamá, se me ocurrió que podíamos jugar “Stop”, con una variante: en lugar de cada una buscar el Nombre, Apellido, Color, Animal y Ciudad y competir a ver quién termina primero, lo jugamos de manera colectiva y entre todos vamos dando sugerencias para cada renglón hasta que lo completamos.  La intención es que mi mamá ejercite su memoria y yo, de paso aprendo a bajarle dos a la competencia. 

Hoy, de nuevo, me toca suspender mis programas de radio para cuidar a mi mamá, ya que la cuidadora a las 10 de la noche de ayer me informó que no asistirá.  

Me preparo para salir y afrontar un día más de cuido en esta Venezuela que nos exige cada día, hasta lo que no podemos dar, con la confianza de que en el camino juntamos fuerzas con otros que están dispuestos, y entre todos superaremos la situación y construiremos una Venezuela sana, prospera, libre democrática, con valores, en la que los adultos mayores y sus familiares sean atendidos y puedan vivir de manera digna.



domingo, 30 de diciembre de 2018

El Tesoro Escondido

Para mí siempre ha sido importante mi cumpleaños. Quizá no celebrar a lo grande, con una gran fiesta, pero sí que se acuerden de mí, que me feliciten, que me abracen, que me consientan. 

Eso ha sido un poco complicado a lo largo de los años, entre otras cosas porque a mi mamá nunca le han gustado los cumpleaños (el año pasado en una conversación me confesó que no le gustaba ni el de ella ni el de los demás). No obstante su disgusto, todos los años me hacía un regalo y me felicitaba y estábamos juntas dentro de lo posible.

Hace un año exactamente, cuando cumplí 59, fue el primer año que mi mamá no pudo recordar mi cumpleaños por su proceso de deterioro cognitivo. Fue duro para mí. Estaba consciente de que lo más probable es que fuera así pero igual me sentí dolida y ese día lloré bastante en casa, después de haber compartido con ella durante el día. Unos días después, no sé cómo, en el ancianato supieron que había cumplido años y me llevaron una serenata a la habitación de mi mamá y me regalaron una galletica. Me emocioné mucho.

Este año, cumpliendo 60, mi mamá no tiene idea de que hoy es mi cumpleaños. Ha ido perdiendo la noción de los días. Hablé con ella y estaba contenta... Así que hoy tomaré la contentura de mi mamá como su regalo de cumpleaños y lo disfrutaré (aunque ella hoy no se acuerde), diferente a como lo hice la última vez.

Ayer justamente leí un poema de Rumi que dice (la traducción es mía, en base a la versión en inglés de Andrew Harvey):
"Destruye tu propia casa, destrúyela ahora.
No esperes ni un minuto más. Tumba toda la casa.
Un tesoro mayor que el del Faraón está escondido debajo de ella.
Ve y construye un millón de casas con ese tesoro
Al final, te guste o no,
tu casa será tumbada y destruida
y el tesoro debajo de ella será revelado.
Pero entonces no te pertenecerá -
Por cuanto sólo puedes poseer el tesoro
si destruyes tu propia casa por ti mismo.
¿Cómo puedes obtener el pago si no has hecho el trabajo?
¿Te imaginas que el Corán habla a la ligera cuando dice,
"Los seres humanos no obtienen nada por lo que no hayan trabajado."

Así que hoy, destruyo mi decisión previa de sufrir porque mi mamá no recuerde mi cumpleaños por el alzheimer, y vivo mi alegría y la que ella tenga por el solo hecho de estar vivas y compartir el día... y además, estoy disfrutando y me siento agradecida con el amor que ha recibido desde muy temprano, de todos mis amigos y familia alrededor del mundo...

¿El tesoro escondido? Liberarme de mi apego al reconocimiento de mi mamá pare ser feliz. En un próximo post compartiré un poco más sobre mi experiencia con el apego.

viernes, 21 de diciembre de 2018

Solitarios o Solidarios

En este momento que escribo tengo 59 años y soy una mujer productiva.  Cuido a mi mamá que tiene 83 años, con un proceso de deterioro cognitivo y una artrosis galopante. 

Experimenté una tendinitis en el pie derecho, que para este momento ya superé.  Uno de esos días que no podía caminar bien, una de las hermanas del ancianato donde vive mi mamá, me dijo "Señora Leonor será que me va a tocar cuidarla a usted también".  

Esto fue un llamado de alerta para mí.  Primero porque me di cuenta que necesito cuidarme y no excederme, y segundo porque me activó uno de mis mayores miedos: A perder mis facultades y no haya nadie quien me apoye y me cuide.  

Si algo he aprendido a lo largo de estos años, es que tener familia no implica  que van a cuidar a tu familiar y por ende, tampoco a ti.  


No todos asumimos el reto de cuidar a un familiar. Y claro, es una decisión personal.  Cada quien decide si quiere o puede y hasta dónde está dispuesto a comprometerse.

Resentimientos y Miedos Salen a Flote


Cuando nuestros padres y familiares cercanos llegan a mayores, salen a flote los demonios que hayamos vivido en la familia mientras crecíamos y madurábamos como personas:  resentimientos, dolores, miedos, heridas, celos... 


Por supuesto, esto complica la situación porque si por ejemplo, tienes viejos resentimientos con tus padres y te "toca" cuidarlos, podrías sentir toda clase de resistencias y rabias, que tendrán su efecto inmediato, no sólo en tu emocionalidad y bienestar corporal, sino en el trato y la forma como manejes la situación, o en tu decisión de alejarte y dejar el cuidado de tu familiar en manos de otros.

Esto puede ser entre los hijos del adulto mayor, entre los hermanos del adulto mayor, los sobrinos... es decir entre los más cercanos.

También saldrán todas las desaveniencias entre los familiares cada vez que haya que asumir algún compromiso adicional relacionado con el cuidado.
  

Cambia la Dirección de tu Lente y Mírate

No es una situación sencilla de manejar, y para mí, implica estar dispuestos a mirar lo que no nos gusta de nosotros, a "trabajar" con nuestra sombra y aprender a manejar estas emociones que pueden haber estado guardadas o escondidas durante años, y se nos están presentando en este momento, para entre otras cosas, mirarlas y afrontarlas, y poder vivir la situación con un corazón un poco más limpio.

Yo en lo particular, tomé la decisión, después de mi tendinitis en el pie derecho y una lesión muy dolorosa en mi hombro derecho, de trabajar a mi mujer 4x4, que se enfrenta a todo sola, que tiene una extraordinaria fuerza y capacidad para resolver, que le cuesta pedir ayuda y recibirla.  

La cuestión está en que en el camino, que no va a estar libre de obstáculos a superar, nos vamos a encontrar con que las otras personas involucradas en el proceso, también tienen lo suyo.   

Por ejemplo, si estás, como en mi caso, trabajando en tu capacidad para pedir ayuda y te encuentras con una persona que tiene resentimientos o que no es especialmente solidaria, vas a chocar contra una pared.  Por supuesto va a salir tu vocecita de tu 4x4 en tu cabeza que te va a decir "Yo te lo dije. Lo mejor es resolver uno solo."  Esta es una gran tentación, pero es necesario darte cuenta de esa vocecita,  bajar el volumen al "No" que recibiste y buscar otras opciones y otras personas que sí estén dispuestas a apoyarte en lo que necesitas.  

No te voy a caer a embustes. En estos procesos de cuidado, no es que abundan las personas que quieran apoyar de manera solidaria, pero a veces nos llevamos sorpresas con personas que surgen de la nada y sí atienden tu llamado o te ofrecen ayuda sin que se lo hayas pedido.  


Y hay algo además que no solemos mencionar y es que cuando recibes ese "no" puede que la otra persona tenga algún tipo de resentimiento, miedo o traba emocional que le impida tender su mano (generalmente es algo inconsciente).  Obsérvate con atención.  Si notas que te molestas en demasía, comienza a sospechar de ti.  Es posible, que esa persona te esté mostrando tu propio resentimiento o algún miedo no resuelto.  Es una oportunidad que tienes de seguir profundizando en tu trabajo personal e ir limpiando tu corazón.  

La tentación del Juicio

Es muy fácil caer en la tentación del juicio y criticar a la otra persona y ver todos sus defectos e incluso acrecentarlos.  Esto sigue siendo tuyo y no del otro.  Para ser solidarios es necesario ponernos en el lugar del otro, por ende si juzgo al otro por no ser solidario, tampoco estoy poniéndome en su lugar, y al verme siendo poco empática, tengo la oportunidad de trabajarlo y de esa manera serán menores las posibilidades de que otro me lo tenga que mostrar. Recuerda, Antes de JUZGAR a ALGUIEN piensa que cada persona tiene detrás una historia y una razón para ser como es.

No puedes hacer nada ni cambiar al otro, pero sí puedes aprovechar lo que te está mostrando, chequear si tiene que ver contigo y trabajarlo.  


En la medida que cada uno vaya trabajando lo suyo, estaremos en el camino de vivir en bienestar, de manera solidaria, aún dentro de una situación difícil, y de esta manera aplicar nosotros la "regla de oro" en la que Jesús nos dice: "Todo lo que querríais que hicieran los demás por vosotros, hacedlo vosotros por ellos". (Mt. 7, 12)

Importancia de visitar a los ancianos con deterioro cognitivo

Podrías creer que un anciano (familiar o amigo) con deterioro cognitivo no se da cuenta de su entorno o de quiénes están presentes en su vid...