Algunos de estos beneficios
para los ancianos a quienes visitamos son:
- Estimulación de su mente y su memoria. Al conversar con los visitantes, los ancianos pueden recordar hechos del pasado, expresar sus opiniones y sentimientos, y aprender cosas nuevas. Esto ayuda a mantener la actividad cerebral y a prevenir el deterioro cognitivo o a retrasar su avance.
- Fortalecimiento del vínculo afectivo. Las visitas demuestran el interés y el cariño de los familiares y amigos, lo que refuerza el sentido de pertenencia y seguridad de los ancianos. Además, al recibir abrazos, besos y gestos de afecto, se liberan hormonas como la oxitocina, que favorecen el bienestar emocional y físico.
- Mejoramiento del estado de ánimo y la autoestima. Las visitas pueden alegrar el día a los ancianos, al ofrecerles compañía, diversión y entretenimiento. Así, se evita que se sientan solos, tristes o deprimidos. También se puede aprovechar para elogiar sus logros, reconocer sus capacidades y valorar sus aportes, lo que aumenta su confianza y autoestima.
- Prevención o reducción de problemas de salud. Las visitas pueden contribuir a prevenir o reducir problemas de salud asociados al deterioro cognitivo, como la hipertensión, las enfermedades cardiovasculares, las infecciones o las caídas. Esto se debe a que las visitas favorecen la relajación, el ejercicio físico, la higiene personal y el seguimiento médico.
Para que las visitas sean efectivas y satisfactorias,
es importante tener en cuenta algunos aspectos, como:
- La frecuencia y la duración de las visitas,
que deben adaptarse a las necesidades y preferencias de los ancianos y de
los visitantes, sin ser ni demasiado escasas ni demasiado largas. Se
recomienda establecer una rutina de visitas, que genere expectativas
positivas y hábitos saludables.
- El momento y el lugar de las visitas, que
deben ser adecuados para el estado de ánimo, la salud y la comodidad de
los ancianos y de los visitantes. Se aconseja evitar las horas de mayor
cansancio, las situaciones de ruido o de aglomeración, y los espacios que
puedan provocar confusión o desorientación.
- El contenido y el tono de las visitas, deben
ser respetuosos, afectuosos y empáticos con los ancianos y con los
visitantes. Se sugiere utilizar un lenguaje claro, sencillo y positivo,
evitar los temas conflictivos o dolorosos, y fomentar la participación y
la expresión de los ancianos.