Para mí siempre ha sido importante mi cumpleaños. Quizá no celebrar a lo grande, con una gran fiesta, pero sí que se acuerden de mí, que me feliciten, que me abracen, que me consientan.
Eso ha sido un poco complicado a lo largo de los años, entre otras cosas porque a mi mamá nunca le han gustado los cumpleaños (el año pasado en una conversación me confesó que no le gustaba ni el de ella ni el de los demás). No obstante su disgusto, todos los años me hacía un regalo y me felicitaba y estábamos juntas dentro de lo posible.
Hace un año exactamente, cuando cumplí 59, fue el primer año que mi mamá no pudo recordar mi cumpleaños por su proceso de deterioro cognitivo. Fue duro para mí. Estaba consciente de que lo más probable es que fuera así pero igual me sentí dolida y ese día lloré bastante en casa, después de haber compartido con ella durante el día. Unos días después, no sé cómo, en el ancianato supieron que había cumplido años y me llevaron una serenata a la habitación de mi mamá y me regalaron una galletica. Me emocioné mucho.
Este año, cumpliendo 60, mi mamá no tiene idea de que hoy es mi cumpleaños. Ha ido perdiendo la noción de los días. Hablé con ella y estaba contenta... Así que hoy tomaré la contentura de mi mamá como su regalo de cumpleaños y lo disfrutaré (aunque ella hoy no se acuerde), diferente a como lo hice la última vez.
Ayer justamente leí un poema de Rumi que dice (la traducción es mía, en base a la versión en inglés de Andrew Harvey):
"Destruye tu propia casa, destrúyela ahora.
No esperes ni un minuto más. Tumba toda la casa.
Un tesoro mayor que el del Faraón está escondido debajo de ella.
Ve y construye un millón de casas con ese tesoro
Al final, te guste o no,
tu casa será tumbada y destruida
y el tesoro debajo de ella será revelado.
Pero entonces no te pertenecerá -
Por cuanto sólo puedes poseer el tesoro
si destruyes tu propia casa por ti mismo.
¿Cómo puedes obtener el pago si no has hecho el trabajo?
¿Te imaginas que el Corán habla a la ligera cuando dice,
"Los seres humanos no obtienen nada por lo que no hayan trabajado."
Así que hoy, destruyo mi decisión previa de sufrir porque mi mamá no recuerde mi cumpleaños por el alzheimer, y vivo mi alegría y la que ella tenga por el solo hecho de estar vivas y compartir el día... y además, estoy disfrutando y me siento agradecida con el amor que ha recibido desde muy temprano, de todos mis amigos y familia alrededor del mundo...
¿El tesoro escondido? Liberarme de mi apego al reconocimiento de mi mamá pare ser feliz. En un próximo post compartiré un poco más sobre mi experiencia con el apego.
¿El tesoro escondido? Liberarme de mi apego al reconocimiento de mi mamá pare ser feliz. En un próximo post compartiré un poco más sobre mi experiencia con el apego.