Hace
poco más de dos años acompaño a mi mamá y siento que esta experiencia me está transformando. Uno de los aprendizajes que he tenido ha sido la clara diferencia
entre acompañar y enseñar.
Estoy concientizando que en algunos momentos sólo me corresponde acompañarl@, sentarme a su lado, escuchar aunque no
tenga sentido para mí en ocasiones. No apllican lecciones. Las
lecciones muchas veces cierran la puerta de la conexión. Acompañar implica
escuchar.
Cuando
vives un proceso con un familiar con procesos de deterioro cognitivo aprendes
que no valen enfrentamientos, que aunque la otra persona te insulte, no es
personal...
He aprendido en estos más de dos años, que necesito mantenerme
calmada. Eso me ha funcionado porque me ha fortalecido en mi capacidad
de mantenerme en centro (por supuesto que a veces no lo logro, no vayan a creer
que me creo la mamá de los helados), pero en esta vuelta estoy empezando a darme
cuenta que uno de los factores que influye en que pueda ser humilde, es que es
necesario soltar mi tendencia a enseñar y más bien quedarme quieta y escuchar.
Escuchar lo que me dice, sin molestarme, escuchar desde el corazón, dándome
cuenta de las posibles heridas y dolores que tiene y las que tengo yo también,
y ser misericordiosa... con ambas.
Mi mamá
hace unos días, por algo que leímos en algún lado, me pregúntó si yo sabía lo
que era la misericordia. Tuve la tentación de comenzar toda una lección y de
repente algo me hizo detenerme y le dije: ¿Qué te parece si lo busco por Google
y vemos a ver qué es la misericordia? Esto fue lo que encontré en wikipedia :
"La misericordia es la disposición a compadecerse de los sufrimientos y miserias ajenas. Se manifiesta en amabilidad, asistencia al necesitado, especialmente en el perdón y la reconciliación. Es más que un sentimiento de simpatía, es una práctica. En el cristianismo es uno de los principales atributos divinos. La misericordia es también un sentimiento de pena o compasión por los que sufren, que impulsa a ayudarles o aliviarles; ... Su etimología, del latín misere (miseria, necesidad), cor, cordis (corazón) e ia (hacia los demás); significa tener un corazón solidario con aquellos que tienen necesidad."
La misericordia es una práctica, desde la solidaridad de corazón
por los que tienen necesidad. No confundamos misericordia con lástima. La lástima implica una percepción negativa de la otra persona, una percepción de que no puede, y desde esa percepción en lugar de misericordioso estoy siendo arrogante, condescendiente y sólo lograré herir a la otra persona.
Apoyar en lo que necesite desde mi
corazón solidario. Eso me permite colocarme en una posición de
humildad para escuchar y poder apoyarl@. El tema de no engancharse por ejemplo,
cuando se pone agresiv@, pasa un nivel totalmente distinto que ya no es
ni de control de mi mism@, ni de reconocimiento de mi propia agresividad, sino
de conexión de corazón a corazón, acompañándonos mutuamente en este proceso que
nos involucra a amb@s.
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